viernes, 25 de diciembre de 2020

El Niño del pesebre

 

“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:!Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:8-14 RV 1960 

Esta porción del Evangelio de Lucas es muy nombrada en la época decembrina. Hace algunos años, regalé y recibí muchas tarjetas con estos textos y gran cantidad de imágenes en internet actualmente, hacen referencia al nacimiento del Niño Dios.

Veo algo positivo en esto, se reconoce que Jesús llegó y habitó entre los hombres. Se hizo humano como cada uno de nosotros. El Hijo de Dios, es reconocido y aceptado históricamente, por un amplio grupo, es decir, vivió en un tiempo determinado. Hoy estamos en el 2020 D.C. Esto quiere decir la cantidad de años transcurridos desde el nacimiento de Cristo.

Igualmente vemos que se habla de su madre como la Virgen María, afirmando su nacimiento virginal.

Es muy hermoso celebrar la Navidad (Natividad, nacimiento), donde inició todo el plan redentor.

Juan El Bautista, hablando de Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. La actitud de Juan es la correcta, el bebé creció como todos hasta llegar a una edad adulta, no siempre fue niño. Vino a cumplir con una misión: salvarnos del yugo del pecado.

La historia es completa, el niño nació, creció, murió y también resucitó. Si reconocemos el nacimiento milagroso de Jesús, debe ser fácil aceptar todo lo que viene después.

Lucas narra el nacimiento de un Salvador, Juan El Bautista, lo ve como la ofrenda por la redención del ser humano.

El pesebre, la cruz y la cueva, se relacionan, ninguna puede faltar. Es como una foto panorámica, amplia y completa.

Hoy celebramos la Navidad y dentro de poco la Semana Santa. Dos eventos complementarios e inseparables o indivisibles. Jesús es el regalo de Dios para acercarnos a él. La humanidad debe aceptarlo en el pesebre, en la cruz y fuera de la cueva. Si nuestros ojos están familiarizados con estas escenas, también podremos contemplarlo en el arrebatamiento o traslado de la iglesia, dentro de no mucho tiempo. Dios nos ama tanto, que no quiere que estemos alejados de él aquí en la tierra y tampoco en la eternidad.

Entonces, celebremos que Dios nos regaló a su único Hijo para el bienestar de nuestras vidas, familia y amigos.


miércoles, 23 de septiembre de 2020

La grandeza de nuestro Dios

 


La cantante norteamericana Annette Moreno, grabó en el 2002 su tercer álbum discográfico, titulado "Un ángel llora". El coro, de la novena canción llamada "No le digas", dice así: "No le digas a Dios, qué grande es tu problema que no puedes resolver. Dile a tu problema, que grande es él, que te ayuda a todo comprender" Annette Moreno, en esta canción, muestra la tendencia del humano de ver su problema o situación difícil, como un gigante de medidas desproporcionadas. Sin embargo, la realidad es otra, Jeremías dice al Señor:No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío”. Jeremías 10:6  Cuando el profeta exclama: Grande eres tú, se refiere a su omnipresencia. Dios es omnipresente, es decir, es inmenso, las dimensiones espaciales no pueden limitarlo, en caso de existir un espacio muy grande, este no podría contenerlo. Su Inmensidad, lo hace estar en todo lugar, con toda plenitud de su ser, esto es, con su omnisciencia y omnipotencia.

¿Vemos a Dios siempre como él es? Lamentablemente los problemas causan ceguera espiritual.

La enormidad de Dios es incomparable y afecta positivamente a cada individuo. Por lo tanto, es importante recordar lo que el Señor dejó escrito.

Dios es más grande que la necesidad. Vuestro Padre celestial sabe qué es lo que necesitas. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19.

Dios es más grande que el miedo. La presencia de Jehová, aleja los temores. “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”. Isaías 41:13

Dios es más grande que la muerte. Nuestro futuro y nuestras vidas, están seguros en él.  “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. Juan 11:25-26.

Dios es más grande que la tentación. Él sabe lo que nos acosa día a día y momento a momento. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Hebreos 4:15

Dios es más grande que el rechazo y desamor. Desecha la mentira de que no vales. “…Dios es amor”. 1 Juan 4:8

Dios es más grande que la tormenta. Mientras transitamos en el mar de la vida, nuestro bote se encontrará con algunas tempestades. “Y vinieron a él y le despertaron, diciendo:!Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza”. Lucas 8:24

Dios es más grande que tu dolor, tu pecado, tus enemigos y tu enfermedad. Entonces, se debe tomar la actitud de David, al enfrentar a Goliat. Lo vio más grande que él; pero más pequeño que Dios. Jamás, intentes minimizar  a Jehová de los Ejércitos, ante la pequeñez de tu problema o dificultad. Abrígate con su inmensidad y saldrás vencedor.

Digamos como el profeta Jeremías: "Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante...


jueves, 17 de septiembre de 2020

También los he visto

 


Olvidarse del tiempo, ignorar la muchedumbre, para contemplarse como desconocidos.

Amarse vez tras vez, como quien no sabe contar, sin pleito, cansancio o diferencias.

Entrelazar sentimientos, pensamientos y acciones para danzar en sincronía.

Alocadamente reír de todos, por todo y por nada.

Creerse lo más mínimo y asegurarlo como lo máximo.

Disfrutar lo sencillo, lo simple y hasta lo tonto.

Discutir y pelearse sin razón, para luego reconciliarse, con sobrada razón.

Bañarse de esperanza, fe y optimismo, para contemplarse amalgamados siempre, hasta apagarse la luz de la existencia.

Así como tú, también los he visto.

 

Mi piedra



Sostengo la piedra,

aguardo la ocasión.

unas veces pesa,

otras, carga inútil.


La fuerza con que empuño

me convierte en lo que poseo,

pierdo sensibilidad,

muere mi humanidad.


Mis ojos ven fallas,

errores, pecados.

Mi ser, exige juicio,

ejecución y venganza.


Desconozco perdón,

arrepentimiento y misericordia.

Prisionero, esclavo soy

de mi razón y derechos.


Enmudezco la mente

cuando muestra mi pasado,

mis argumentos me limpian.


Transcurre el tiempo

y aún sostengo mi piedra,

testigo de mi diario tormento.

lunes, 30 de marzo de 2020

Quiero verte feliz


De magia me vestiré,
Para verte feliz.
Con capa larga bicolor
Y sombrero negro, elegante.
¡A la cuenta de un, dos, tres!
Del viento sacaré
Chupetas y barquillas. 
Mi varita acaramelada
Endulzará tu corazón.

De payaso me vestiré,
Para verte feliz.
Con pantalón ancho y remendado
Y corbata corta con botones.
Con peluca media calva,
De rojo fuego la nariz.
Chistes repetidos,
Historias tontas y divertidas
Contaré sólo para ti.
Del monociclo me caeré
Cien veces para hacerte reír.

Con magia y payasadas
Provocaré risas sin fin.

Te quiero, mi niña.
Quiero verte feliz.

Lucerito



Lucerito que iluminas la noche.
Acompaña a mi papá cuando va de pesca.
Alumbra el charco donde juego con mi primo.
Cuida a mi gallina Pepita, del zorro malvado.
Guía al bachaco, que en silencio busca su comida.
Aplaude el canto de sapos y grillos.
Alumbra a mi perra Canela, que se quedó dormida.
No despiertes al loro de mi abuelo cuando descansa.
No delates a mi hermano que juega al escondido.

A problemas difíciles, soluciones inesperadas



Un pastor tiene que atravesar a la otra orilla de un río con un lobo, una cabra y una lechuga. Dispone de una barca en la que solo caben él y una de las otras tres cosas. Si el lobo se queda solo con la cabra se la come, si la cabra se queda sola con la lechuga se la come. ¿Cómo debe hacerlo? Solución: El pastor pasa primero la cabra, la deja en la otra orilla y regresa por el lobo. Al cruzar, deja al lobo y vuelve con la cabra, deja la cabra y cruza con la lechuga. Por último, deja la lechuga con el lobo y regresa por la cabra.
En las Sagradas Escrituras encuentro cómo Dios resuelve a su manera “ilógica”, situaciones que a los seres humanos parecen complicadas.
Veamos algunas de ellas. Segunda de Reyes 3, narra que cuando Joram rey de Israel, Josafat rey de Judá y el Rey de Edom  iban en contra del Rey de Moab, rodeando el desierto por siete días se les acabó el agua para ellos y sus animales. Al consultar al profeta Eliseo, éste dice que abran muchos estanques porque se llenarán sin lluvia. ¿Extraño no? Pues, al amanecer, vinieron aguas por el camino de Edom y se llenaron los estanques que habían abierto. De una manera inesperada Dios solucionó un problema colectivo y el trío de reyes obtuvo la victoria.
La próxima historia también se encuentra en 2 Reyes, pero el capítulo 6.
Los hijos de los profetas decidieron agrandar el lugar donde habitaban y fueron al Jordán, en compañía del profeta Eliseo, a buscar madera para la construcción. Mientras uno de ellos cortaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua e inmediatamente solicita la ayuda del profeta, porque era prestada. ¿Dónde cayó? Preguntó Eliseo, y él le mostró el lugar. Entonces el profeta cortó un palo, y lo echó en el sitio indicado; e hizo flotar el hierro. Contra las leyes naturales, el Señor dio solución a un problema laboral.

El tercer acontecimiento, se lee en Mateo 17:24-27. Sucedió que a Jesús  y a sus discípulos, al llegar a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del templo se acercaron a Pedro y le solicitaron el respectivo pago.

Para cancelar el tributo, el Maestro le dice a Pedro: “vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo” ¡Increíble! Quién lo iba a imaginar. Un problema económico resuelto milagrosamente.
Y por último, un hombre recibe sanidad.  Marcos 7:31-37 cuenta que cuando  Jesús llegó al Lago de Galilea, le llevaron un sordo y tartamudo, para que pusiera su mano sobre él. Sin embargo hizo otra cosa. Lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre: ¡Efatá! (Que significa: ¡Ábrete!) Un problema personal, resuelto de forma inexplicable.
No importa el tipo de dificultad que tengas, sea comunitario, laboral, económico o personal, Dios tiene una solución inesperada, fuera de la lógica humana, porque él va más allá, ve otras alternativas. Solamente confía y espera, que te puede sorprender.
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3

Un día con los animales


Buenos días amigo Ratón,
Qué bien luce su negro corbatón.

Buenos días Don León,
Siempre será usted el campeón.

Buenas tardes señor Manatí,
Aquí tiene su helado de maní.

Buenas tardes Doña Lora.
¿Podría decirme la hora?

Buenas noches señora Araña,
Usted teje lo que otro daña.

Buenas noches amiga Lechuza.

¿Por qué lleva linterna si no la usa?


miércoles, 11 de marzo de 2020

Jesús se interesa por ti, mujer



La cultura oriental le da poca o ninguna importancia a la mujer y la coloca en un lugar donde es nulo su valor ante la sociedad.
La Biblia, un libro nacido en la cultura oriental, nos muestra cómo Jesús le da un lugar muy especial a la mujer, tomándolas en cuenta en muchas oportunidades.
Quiero resaltar solamente tres de ellas. De la primera, se lee en Lucas 7:11-17 y es una viuda en la ciudad de Naín. Esta mujer, acababa de perder también a su único hijo. Jesús, al verla se compadeció de ella y acercándose, con palabras de consuelo, le dijo que no llorara más. Y luego de resucitar al joven, se lo entregó. El Maestro vio su angustia, su dolor e inmediatamente se acercó a ella para restituirle lo valioso que había perdido.
La segunda historia, se encuentra en Lucas 8:43-48. Era una mujer que padecía de flujo de sangre por muchos años. Ella se acercó a Jesús, porque estaba segura que al tocarlo, recibiría la sanidad de su terrible mal. El Señor ni la rechazó, ni tampoco la ignoró. Le prestó tanta atención que quería verla y saber quién era. Ya teniéndola a sus pies, tiernamente la llama hija y luego se despide de ella diciéndole que se fuera con tranquilidad y paz. ¡La salvó y la sanó! Jesús se dejó tocar, estuvo a su alcance en la necesidad.

La última narración, está en Juan 8:2-11. La llaman la mujer adúltera, porque los escribas y fariseos se la trajeron a Jesús, por haberla encontrada cometiendo adulterio. El Señor Jesucristo con mucha tranquilidad manejó este caso. Le brindó aceptación, alejó todos sus acusadores, no la apedreó, ni la condenó, como todos esperaban y la perdonó públicamente. Le dio una nueva oportunidad, para que llevara una vida correctamente.

Si eres mujer, Jesús también se interesa por ti. Conoce tu necesidad, aflicción, dolor y temor. Se acerca para que recuperes lo perdido, para sanar las heridas del cuerpo y del alma, para darte otra oportunidad de tener una nueva vida, sin pasado que te atormente y avergüence.

…, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, … 1 Pedro3:7

La crisis terminará



Una mujer se acercó al profeta Eliseo y le describió el momento crítico por el cual estaba pasando. Su marido, profeta también, había muerto, pero en vida había contraído una gran deuda. Por no cancelarla, el prestamista vino para llevarse a sus hijos y esclavizarlos, como pago del compromiso incumplido. El profeta, después de oírla le pregunta: ¿Qué tienes en casa? Ella responde: una vasija de aceite. Busca muchas vasijas prestadas y encerrada en tu casa con tus hijos llénalas y ponlas aparte, le pidió Eliseo. La viuda lo hizo así y el aceite se multiplicó. La mujer regresó para contar lo ocurrido y recibió la instrucción de vender el producto, para cancelar la deuda y vivir bien el resto de los días.
La crisis es un tema común para muchos. Países, familias, iglesias, organizaciones o empresas han atravesado en alguna oportunidad, por lo menos una muy significativa.
Las crisis inician, se desarrollan y concluyen. Cuánto duran, no lo sé. Pero, sí, que así como inician, se desvanecen. Ellas tienen un propósito y por lo tanto, no tiene sentido durar más de lo establecido. Ni mucho, ni poco. Es como cuando se llena un vaso con agua, no se vierte más de lo debido, seria absurdo.
El escritor del libro de Reyes, no especifica cuánto duró el momento crítico de la viuda. Solamente describe su inicio y su final feliz. La escasez, la hambruna, la deuda, el miedo, la humillación, la derrota y la angustia,  terminaron, dejaron de existir para ella y su familia.
Dios permite las crisis, pero no como castigo y jamás te dejará sin su compañía. Hace un seguimiento, día a día, mes a mes y año a año, es decir, todo el tiempo de la prueba. La fe en un Dios compasivo, debe sobrevivir en medio de las aguas agitadas de la crisis.
Existen varios de tipos de crisis. Las hay familiares, laborales, emocionales, espirituales, económicas, entre otras y todas tienen algo en común; tienen un final.
Por muy grande que sea la angustia, ten paciencia, espera en oración. ¿Ha sido muy larga? Tal vez está por terminar, mientras más tiempo tenga, significa que le queda poco. Dios tiene en su mano el límite de tu crisis y también la bendición.
“Pues nosotros consideramos felices a los que soportan con fortaleza el sufrimiento. Ustedes han oído cómo soportó Job sus sufrimientos, y saben de qué modo lo trató al fin el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo” Santiago 5:11 (DHH)

lunes, 9 de marzo de 2020

La mejor sonrisa



El diseño de sonrisa, es un procedimiento odontológico que permite darle al paciente, un mejor aspecto a su dentadura, mejorando su salud y bienestar emocional. Consiste en tomar fotos y radiografías, que después, van a un programa avanzado para diseñar la sonrisa ideal. Luego, se le presenta el diseño  al cliente, para ver si son los cambios que espera o quiere hacer, sean dientes más blancos, más cortos o más unidos. Ya proyectada y visualizada la sonrisa, se espera la aceptación del solicitante, para iniciar el trabajo requerido.
Hay una sonrisa que es muy natural, sencilla, sincera y espontánea, la que se refleja cuando se hace algo bien.  
Generalmente, cuando el atleta cruza la meta, el bateador conecta un vuela cercas, al boxeador le levantan la mano, surge la sonrisa, casi inmediatamente.
Es la que se dibuja en el rostro, por la satisfacción de hacer algo bueno por otros o cuando la tarea queda bien hecha.
Me imagino, que esta sonrisa estaba en el rostro de Jesús, cuando dijo en la cruz: “CONSUMADO ES” dando como finalizada, impecablemente la obra encomendada por el Padre.
Este tipo de sonrisa emerge de la satisfacción del deber cumplido. Sin notarlo, se hace, incluso estando a solas. Ocurre cuando se realiza un acto de servicio y se conoce que produjo algún cambio, un beneficio para una persona o para un grupo particular. La persona puede estar seria o molesta, pero cuando alguien dice, que gracias a ella, sabe cocinar, exponer, pintar, leer, cocer, manejar o  redactar, la cara inmediatamente cambia.
Estoy seguro, que de esta manera, sí se logra la verdadera salud física y emocional. Se cambia y también el mundo es transformado. Entonces, a realizarlo más a menudo.
Tal vez sonriendo, el Apóstol Pablo escribió: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” Gálatas 6:9.
Después de un acto de servicio, Dios diseña para tu rostro, la mejor y más bella sonrisa. 

miércoles, 19 de febrero de 2020

Desde aquí

Desde aquí te quiero
Santa, perfecta, ideal,
Infalible, única, pura,
Belleza incorruptible.
Tan cerca; tan distante.
Mi diosa, dueña de mi universo.
Desde aquí te imagino
Sonriente, libre, segura.
Mis pensamientos tocan tus
Labios, tu cintura, tu cuerpo entero.
Mía, por siempre mía.

Desde aquí te quiero
Amigable, maravillosa,
Genial, atractiva, especial.
Tan cerca; tan imposible.
Mi reina, dueña de mi palacio.
Ocupas todo mi pensamiento.
Muñequita en caja de cristal.
Desde aquí te contemplo, en secreto
te admiro, sé todo de ti.
Mis ojos tocan tus labios,
Tu cintura, tu cuerpo entero.
Mía, por siempre mía.

Desde aquí te quiero
Real, viva, femenina, tangible,
natural, imperfecta,
amorosa, temperamental.
Con discusiones y pleitos
Con o sin sentido.
Tan cerca, que somos uno.
Mi amor, dueña de corazón.
Desde aquí te siento,
Te huelo, te vivo.
Mis manos tocan tus labios,
Tu cintura, tu cuerpo entero.
Mía, verdaderamente
por siempre mía.

Encontrémonos


Encontrémonos
En la línea donde
El cielo se hace mar
O el mar se hace cielo.
No importa si tú eres cielo
Y yo mar o viceversa.
Lo importante es que haya
Tanta pasión en nuestra unión,
Que esa línea no exista más.

jueves, 13 de febrero de 2020

El cerco de Dios



En la antigüedad, alrededor de las ciudades construían un muro o muralla para protegerse de invasiones enemigas. El muro les brindaba la protección necesaria para vivir seguros. Jerusalén no fue la excepción. Su muro tenía una longitud de 4.018 metros, una altura de 12 metros y 2,5 metros de ancho. Poseía 8 puertas y 34 torres de vigilancia. Este muro lo derribó Nabucodonosor y Nehemías lo reconstruyó para brindarles la seguridad a los judíos que habían regresado del exilio. Tener un muro representaba tener protección.
Satanás, en una conversación con Dios, le argumenta que Job le sirve porque le ha puesto un cerco alrededor. “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra”  Job 1:9-10
Dios tiene un cerco o un muro que protege a cada creyente, siempre ha sido así. No es un muro físico, que pueda ser derribado o destruido.
El principal cerco es su presencia. “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmos 34:7 Debemos vivir con la certeza que Dios está a nuestro lado, independientemente de lo que hagamos o esté sucediendo. Esta compañía no es pasiva, sino muy activa y con un propósito o trato particular bien definido. Él sabe que no podemos caminar solos en esta vida  y nos promete: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”  Éxodo 33:14
Otro muro que el Señor coloca, es su mano poderosa. “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” Isaías 54:17 Él pelea por sus hijos. El que venga a hacernos daño, se encontrará con Jehová de los Ejércitos, quien nos defenderá como un pastor lo hace con su oveja indefensa. ¿Sientes miedo aún? “El Señor está de mi parte, por tanto, no temeré; ¿qué me puede hacer un simple mortal?” Salmo 118:6 (NTV)
Como en el caso de Job, el cerco de Dios protege nuestra casa, familia y todo lo que tengamos. Sentirse protegido produce bienestar, tranquilidad y paz, así sesea el Señor que vivamos.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre”. Salmos 125:2

miércoles, 12 de febrero de 2020

La oración cambia a las personas


Cuando mis hijos estaban pequeños y tenían problemas con algún maestro en la escuela, nuestra recomendación era orar por él o ella. Al poco tiempo de la oración, se notaba el cambio. El mismo principio lo apliqué cuando cursaba la materia Redacción de Textos, a la profesora le tenían miedo y nadie quería ver la materia con ella. Hubo ciertos roces las primeras semanas. Oré y sucedió lo solicitado. Después, le presenté una poesía que había escrito, le gustó y al final del semestre quedamos como amigos.
El Señor Jesús dijo: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” Mateo 5:44.
Las palabras de Cristo son una guía para resolver situaciones incómodas. Muy cercano a nuestro círculo íntimo, hay alguien problemático, tóxico, que nos calumnia, persigue, acusa, humilla o avergüenza. Ese alguien puede ser la pareja, un hijo, un familiar, un vecino o un creyente.
Orad, pide Jesús. Al principio cuesta, pero después se hace casi automático. Ver el cambio, vale la pena.
Cuando oro, veo a la  persona de una manera distinta, la tolero, siento compasión, siento su debilidad. Vivo en paz, con tranquilidad, sin odio, ni deseos de venganza. No me afecta lo que haga o deje de hacer y evito hablar mal de ella.  ¿Así de fácil es esto? Bueno, es un proceso. Primero, presentas tu rabia, decepción y dolor delante de Dios. Luego, empieza la sanidad y comienzas a orar por sus necesidades, carácter, problemas, debilidades, pecados, familia y salud. Se pide que le vaya bien y tenga éxito en todo.
La oración es señal de perdón, cuando ésta comienza, ya se ha perdonado de corazón. Lo más maravilloso de todo esto, es que el cambio y mejoría, se manifiesta es en nosotros.
¿Alguien te hace la vida imposible? ¿No lo soportas? Entonces ora.

martes, 11 de febrero de 2020

Actividades Sagradas



Cuando estudiaba en el Instituto Bíblico Central (actualmente S.E.P.A.D.) había un momento de descanso, después del almuerzo, llamado la hora quieta. Dormir era Sagrado, todos debían respetarlo. Aquel que no tenía sueño, permanecía fuera de la habitación, pero con el compromiso de guardar silencio. El primer día, algunos le daban poca importancia, pero después, el agotamiento hacía que obligatoriamente se cumpliera con el reposo. En medio de la quietud, no había sonido alguno que perturbara el descanso de los seminaristas. Esta hora no tenía cambio o sustituto, no se podía negociar con ella. La jornada comenzaba desde muy temprano y culminaba casi con el día, elaborando trabajos escritos o preparando exposiciones. Dejar de cumplirla, atentaba contra la salud física y el rendimiento académico por ese mes, que estaríamos internados.
Existen tres cosas que considero deben ser Sagradas para un cristiano. No debemos admitir negociación alguna, alterar o dejar de practicarlas por ninguna razón.
La primera es la oración. Es un momento de suma importancia en el cual, vamos diariamente a Dios para adorarlo y agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros, luego le planteamos las necesidades.
La segunda, es la lectura de la Biblia. Momento en el que nos colocamos  frente al escritor, para escuchar lo que quiere comunicarnos. Podría tratarse de instrucciones generales o específicas sobre una situación que estemos viviendo en determinado momento.
La tercera y última, es la congregación. Son dos o tres días de la semana que dedicamos para orar, leer y adorar colectivamente, mientras se practica la comunión con los demás creyentes.
A veces, nos hacemos negociaciones fraudulentas cambiando la oración por conversaciones mentales, la lectura bíblica por revisión de material cristiano, y la congregación por paseos, descanso o actividades por terminar en el hogar, (lavar, pintar, cocinar, hacer tareas, entre otros)
Orar, leer la Biblia y asistir a la iglesia son prácticas que nos dan vida espiritual. Por eso el énfasis del carácter sagrado de dichas actividades.  
“Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” 2 Pedro 1:10-11(NVI)

martes, 28 de enero de 2020

Óbito



Te espero, mas no tan pronto.
No te llamo; sé que vendrás.
No bajaré la cabeza a tu llamada.
La mantendré erguida completamente,
Seguro de haber hecho lo correcto.
Cuando te presentes no habrá
Dudas, temores ni remordimientos.
Con fe, confianza, paz y seguridad veré tu rostro.
Tu arribo no será una derrota o final,
Tu advenimiento traerá la victoria jamás alcanzada.
Aparecerás sin voluntad propia,
Te riges por alguien superior a ti.
Colocar límites no se te ha concedido.
Llegarás justo en el instante indicado,
Cuando el reloj divino se paralice para mí.