Un pastor tiene que atravesar a la otra orilla de un río con un
lobo, una cabra y una lechuga. Dispone de una barca en la que solo caben él y
una de las otras tres cosas. Si el lobo se queda solo con la cabra se la come,
si la cabra se queda sola con la lechuga se la come. ¿Cómo debe hacerlo? Solución:
El pastor pasa primero la cabra, la deja en la otra orilla y regresa por el
lobo. Al cruzar, deja al lobo y vuelve con la cabra, deja la cabra y cruza con
la lechuga. Por último, deja la lechuga con el lobo y regresa por la cabra.
En las Sagradas Escrituras encuentro cómo Dios resuelve a su manera
“ilógica”, situaciones que a los seres humanos parecen complicadas.
Veamos algunas de ellas. Segunda de
Reyes 3, narra que cuando Joram rey de Israel, Josafat rey de Judá y el Rey de
Edom iban en contra del Rey de Moab,
rodeando el desierto por siete días se les acabó el agua para ellos y sus
animales. Al consultar al profeta Eliseo, éste dice que abran muchos estanques
porque se llenarán sin lluvia. ¿Extraño no? Pues, al amanecer, vinieron aguas
por el camino de Edom y se llenaron los estanques que habían abierto. De una
manera inesperada Dios solucionó un problema colectivo y el trío de reyes
obtuvo la victoria.
La próxima historia también se encuentra en 2 Reyes,
pero el capítulo 6.
Los hijos de
los profetas decidieron agrandar el lugar donde habitaban y fueron al Jordán,
en compañía del profeta Eliseo, a buscar madera para la construcción. Mientras
uno de ellos cortaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua e inmediatamente
solicita la ayuda del profeta, porque era prestada. ¿Dónde cayó? Preguntó
Eliseo, y él le mostró el lugar. Entonces el profeta cortó un palo, y lo echó
en el sitio indicado; e hizo flotar el hierro. Contra las leyes naturales, el
Señor dio solución a un problema laboral.
El tercer acontecimiento, se lee en Mateo 17:24-27.
Sucedió que a Jesús y a sus discípulos,
al llegar a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del
templo se acercaron a Pedro y le solicitaron el respectivo pago.
Para
cancelar el tributo, el Maestro le dice a Pedro: “vete al lago y echa el
anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda.
Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo” ¡Increíble! Quién lo iba
a imaginar. Un problema económico resuelto milagrosamente.
Y por último, un hombre recibe sanidad. Marcos 7:31-37 cuenta que cuando Jesús llegó al Lago de Galilea, le llevaron un sordo y tartamudo, para
que pusiera su mano sobre él. Sin embargo hizo otra cosa. Lo llevó a un
lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó
la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre: ¡Efatá! (Que
significa: ¡Ábrete!) Un problema personal, resuelto de forma inexplicable.
No importa
el tipo de dificultad que tengas, sea comunitario, laboral, económico o
personal, Dios tiene una solución inesperada, fuera de la lógica humana, porque
él va más allá, ve otras alternativas. Solamente confía y espera, que te puede
sorprender.
Clama a
mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces. Jeremías 33:3
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