La
cultura oriental le da poca o ninguna importancia a la mujer y la coloca en un
lugar donde es nulo su valor ante la sociedad.
La
Biblia, un libro nacido en la cultura oriental, nos muestra cómo Jesús le da un
lugar muy especial a la mujer, tomándolas en cuenta en muchas oportunidades.
Quiero
resaltar solamente tres de ellas. De la primera, se lee en Lucas 7:11-17 y es una viuda en la ciudad
de Naín. Esta mujer, acababa de perder también a su único hijo. Jesús, al verla
se compadeció de ella y acercándose, con palabras de consuelo, le dijo que no
llorara más. Y luego de resucitar al joven, se lo entregó. El Maestro vio su
angustia, su dolor e inmediatamente se acercó a ella para restituirle lo
valioso que había perdido.
La
segunda historia, se encuentra en Lucas 8:43-48. Era una mujer que padecía de flujo de sangre por muchos años. Ella se acercó
a Jesús, porque estaba segura que al tocarlo, recibiría la sanidad de su terrible
mal. El Señor ni la rechazó, ni tampoco la ignoró. Le
prestó tanta atención que quería verla y saber quién era. Ya teniéndola a sus
pies, tiernamente la llama hija y luego se despide de ella diciéndole que se
fuera con tranquilidad y paz. ¡La salvó y la sanó! Jesús se dejó tocar, estuvo a
su alcance en la necesidad.
La última narración,
está en Juan 8:2-11. La llaman la mujer adúltera, porque los escribas y
fariseos se la trajeron a Jesús, por haberla encontrada cometiendo adulterio. El
Señor Jesucristo con mucha tranquilidad manejó este caso. Le brindó aceptación,
alejó todos sus acusadores, no la apedreó, ni la condenó, como todos esperaban
y la perdonó públicamente. Le dio una nueva oportunidad, para que llevara una
vida correctamente.
Si
eres mujer, Jesús también se interesa por ti. Conoce tu necesidad, aflicción,
dolor y temor. Se acerca para que recuperes lo perdido, para sanar las heridas del
cuerpo y del alma, para darte otra oportunidad de tener una nueva vida, sin
pasado que te atormente y avergüence.
…, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, … 1 Pedro3:7

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