martes, 11 de febrero de 2020

Actividades Sagradas



Cuando estudiaba en el Instituto Bíblico Central (actualmente S.E.P.A.D.) había un momento de descanso, después del almuerzo, llamado la hora quieta. Dormir era Sagrado, todos debían respetarlo. Aquel que no tenía sueño, permanecía fuera de la habitación, pero con el compromiso de guardar silencio. El primer día, algunos le daban poca importancia, pero después, el agotamiento hacía que obligatoriamente se cumpliera con el reposo. En medio de la quietud, no había sonido alguno que perturbara el descanso de los seminaristas. Esta hora no tenía cambio o sustituto, no se podía negociar con ella. La jornada comenzaba desde muy temprano y culminaba casi con el día, elaborando trabajos escritos o preparando exposiciones. Dejar de cumplirla, atentaba contra la salud física y el rendimiento académico por ese mes, que estaríamos internados.
Existen tres cosas que considero deben ser Sagradas para un cristiano. No debemos admitir negociación alguna, alterar o dejar de practicarlas por ninguna razón.
La primera es la oración. Es un momento de suma importancia en el cual, vamos diariamente a Dios para adorarlo y agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros, luego le planteamos las necesidades.
La segunda, es la lectura de la Biblia. Momento en el que nos colocamos  frente al escritor, para escuchar lo que quiere comunicarnos. Podría tratarse de instrucciones generales o específicas sobre una situación que estemos viviendo en determinado momento.
La tercera y última, es la congregación. Son dos o tres días de la semana que dedicamos para orar, leer y adorar colectivamente, mientras se practica la comunión con los demás creyentes.
A veces, nos hacemos negociaciones fraudulentas cambiando la oración por conversaciones mentales, la lectura bíblica por revisión de material cristiano, y la congregación por paseos, descanso o actividades por terminar en el hogar, (lavar, pintar, cocinar, hacer tareas, entre otros)
Orar, leer la Biblia y asistir a la iglesia son prácticas que nos dan vida espiritual. Por eso el énfasis del carácter sagrado de dichas actividades.  
“Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” 2 Pedro 1:10-11(NVI)

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