jueves, 13 de febrero de 2020

El cerco de Dios



En la antigüedad, alrededor de las ciudades construían un muro o muralla para protegerse de invasiones enemigas. El muro les brindaba la protección necesaria para vivir seguros. Jerusalén no fue la excepción. Su muro tenía una longitud de 4.018 metros, una altura de 12 metros y 2,5 metros de ancho. Poseía 8 puertas y 34 torres de vigilancia. Este muro lo derribó Nabucodonosor y Nehemías lo reconstruyó para brindarles la seguridad a los judíos que habían regresado del exilio. Tener un muro representaba tener protección.
Satanás, en una conversación con Dios, le argumenta que Job le sirve porque le ha puesto un cerco alrededor. “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra”  Job 1:9-10
Dios tiene un cerco o un muro que protege a cada creyente, siempre ha sido así. No es un muro físico, que pueda ser derribado o destruido.
El principal cerco es su presencia. “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmos 34:7 Debemos vivir con la certeza que Dios está a nuestro lado, independientemente de lo que hagamos o esté sucediendo. Esta compañía no es pasiva, sino muy activa y con un propósito o trato particular bien definido. Él sabe que no podemos caminar solos en esta vida  y nos promete: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”  Éxodo 33:14
Otro muro que el Señor coloca, es su mano poderosa. “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” Isaías 54:17 Él pelea por sus hijos. El que venga a hacernos daño, se encontrará con Jehová de los Ejércitos, quien nos defenderá como un pastor lo hace con su oveja indefensa. ¿Sientes miedo aún? “El Señor está de mi parte, por tanto, no temeré; ¿qué me puede hacer un simple mortal?” Salmo 118:6 (NTV)
Como en el caso de Job, el cerco de Dios protege nuestra casa, familia y todo lo que tengamos. Sentirse protegido produce bienestar, tranquilidad y paz, así sesea el Señor que vivamos.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre”. Salmos 125:2

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