viernes, 2 de agosto de 2024

EXPRESIÓN DE PERDONADO



Hace algunos días, escuché a una persona expresarse de otras dos de una manera increíble. Me sorprendió la manera en cómo expresaba lo que los otros habían hecho en el pasado. “Los dos son igualitos, por ninguno meto la mano” fueron sus palabras. En mi asombro, pensé que esas no eran palabras de un ser que una vez también fue perdonado.

A propósito del perdón, Jesús relató la siguiente parábola: »En el reino de Dios sucede algo parecido a lo que cierta vez sucedió en un país. El rey mandó llamar a sus empleados para que le informaran cómo andaban sus negocios y para que le pagaran todo lo que le debían. »Cuando comenzó a sacar cuentas, le llevaron un empleado que le debía sesenta millones de monedas de plata. Como el empleado no tenía dinero para pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa y sus hijos, y que vendieran también todo lo que tenía. Así, con el dinero de esa venta, la deuda quedaría pagada. »Pero el empleado se arrodilló delante del rey y le suplicó: “Señor, deme usted un poco más de tiempo y le pagaré todo lo que le debo.” »El rey sintió compasión de su empleado y le dijo: “Vete tranquilo; te perdono todo lo que me debes.” »Al salir del palacio del rey, ese empleado se encontró con un compañero que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y le dijo: “¡Págame ahora mismo lo que me debes!” »El compañero se arrodilló delante de él y le suplicó: “Dame un poco más de tiempo y te lo pagaré todo.” »Pero aquel empleado no quiso darle tiempo, y mandó que metieran a su compañero en la cárcel, hasta que pagara el dinero que le debía. »Los otros compañeros, al ver lo que había pasado, se molestaron mucho y fueron a contárselo al rey. »Entonces el rey mandó llamar a aquel empleado y le dijo: “¡Qué malvado eres! Te perdoné todo lo que me debías, porque me lo suplicaste. 33 ¿Por qué no tuviste compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti?” »El rey se puso furioso, y ordenó que castigaran a ese empleado hasta que pagara todo lo que le debía. Jesús terminó diciendo: «Lo mismo hará Dios mi Padre con cada uno de ustedes, si no perdonan sinceramente a su hermano.» Mateo 18:23-35 (TLA)

Parece mentira, que después de recibir una absolución tan grande, nos fijemos en las pequeñeces que han hecho los demás.  Que luego de haber recibido la libertad, seamos esclavos del mal que el otro realizó.

No se debe recordar lo pasado, si Dios ya perdonó; hay que creer en el cambio, que tal vez no ha podido demostrar o no se ha querido ver. No es tapar fallas o malos comportamientos; es cubrir, “El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas” Proverbios 10:12 

No es de nuestra incumbencia el trato del Señor con los otros, solo él conoce los corazones y ve distinto a nuestra manera. Hay que tener mucho cuidado con la siguiente advertencia: »No hables mal de un esclavo ante su amo, porque el esclavo podría hablar mal de ti y quedarás en ridículo ante todos. Proverbios 30:10 (TLA)

 

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