El huso horario es cada una de las 24 partes en que se divide la Tierra por medio de meridianos, comenzando en el meridiano de Greenwich, y que sirve para determinar la hora en los días, una división por cada hora. Curiosamente, estamos pendientes el primero de enero de cuál país recibe el año primero y cuál lo recibe de último. En Oceanía, países como Samoa y Kiribati, por su horario, son los primeros en recibir el año nuevo y el último país es la isla de Tahití, o también llamada Polinesia Francesa.
Algunos países, por su extensión, tienen varios husos horarios. Estados Unidos tiene cuatro husos horarios, cada uno con una hora de diferencia. California, Colorado, Alabama y Nueva York tienen diferentes horas.
Aunque todos somos hijos de Dios, él tiene un tiempo muy particular para cada uno. Quizá sea un tanto difícil de comprender por nuestra mente finita.
En cada huso horario particular, habrá un trato específico para ti. Una palabra, instrucción, tarea, orden, promesa, enfermedad, crisis o un triunfo será la manera en que Dios se entienda contigo. Por lo tanto, es muy importante que no te compares con otros, por ser situaciones distintas, únicas.
Tal vez, hoy puedas estar celebrando tu año nuevo primero que los demás, pero el mes que viene, seas el último en festejar. O puedes estar en un problema insoportable y mañana olvidarás que lo tuviste. Si lo entendemos, nos desenvolveremos mejor en los tiempos divinos y no habrá reclamos ni quejas.
El Señor tuvo un tiempo para Abraham, Daniel y Moisés. El primero tardó muchos años en recibir la promesa de ser padre. Al segundo, se le respondió veintiún días después: su oración. Y al último, pasó cuarenta años formándose en el desierto.
Tu tiempo y mi tiempo siempre serán distintos, pero la bendición de Dios será la misma.
En tu mano están mis tiempos… Salmos 31:15

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