domingo, 24 de julio de 2011

CUANDO TÚ YA NO ESTÉS

Sentados como de costumbre en la sala frente a la T.V. tomando una taza de café con leche pienso por un momento cómo va a ser todo cuando tú ya no estés.

No estarás para escucharme hablar los asuntos de la escuela, la iglesia, el dinero, cosas por hacer o en fin cualquier cosa que se me ocurra comentar. No habrá quien me prepare el café como me gusta, ¿me acompañará alguien a tomármelo?

Sin ti me levantaré cuando caiga, solo viviré mis temores, mis miedos, dudas y fracasos; emprenderé solo y alcanzaré metas que quería lograrlas a tu lado.

Ya no me regañarás por los libros regados, la ropa manchada, el paño mojado, los zapatos regados… o por acostarme mucho tiempo después de ti.

Te extrañaré cuando triunfe, obtenga algo en lo cual comenzamos a trabajar juntos, Cuando vaya a la playa, cuando vea a una pareja compartiendo como lo hacíamos nosotros.

Añoraré que me digas “gracias por todo lo que...” “Te quiero”. “No se que haría sin ti.”

Extrañaré tus ricos y tiernos besos, el olor de tu cuerpo, tus abrazos, tu mirada, tu voz, tu pasión, tu entrega….

Te buscaré y no estarás. Querré verte en la cocina, en la cama a mi lado al acostarme y al levantarme, en la sala viendo T.V, despedirte de mí y recibirme cuando llegue. La necesidad de ti me hará escucharte entre la gente, en la iglesia, en la calle, en la casa, en la voz de cualquier mujer, en el silencio, hasta en los sueños te oiré.

Lloraré mucho al principio, luego me saldrán lágrimas de soledad cuando te recuerde y te necesite a mi lado; les diré a otros la falta que me haces pero eso no te hará volver junto a mí irremediablemente, te has ido, no estás.

Me quedará lo vivido, nuestros paseos a Puerto Cabello, Choroní, Patanemo, Niquitao, El Ávila, Valencia, La Colonia Tovar,… nuestras salidas cuando éramos novios, caminatas por la playa tomados de la mano, momentos de necesidad, de humor, anécdotas en bicicleta, la crianza de nuestros hijos, los años de casados, el trabajo en familia, las oraciones que hicimos juntos y un anillo en mi mano con tu nombre que me recuerda que me comprometí contigo hasta este momento.

Catalina y Lamber ladraron y volví en mí.

Todo esto es sólo un pensamiento. Por más que quiera evitarlo ese día llegará. ¿Te irás primero que yo? ¿Viajaré yo antes a los brazos de Dios? No lo sé. Dejo de pensar en esto y mirándote con ojos aguaitos te doy un fuerte abrazo acompañado de un beso y un te quiero.
Tomando nuestro café seguimos viendo la tv…

Originalmente escrito el domingo 29 de noviembre de 2009

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