lunes, 29 de julio de 2024

A DIOS LE PERTENECE MI SONETO

 



Cada quien es dueño de propiedades:

la hoja nunca abandona su verdor,

ni tampoco el sol su luz y calor;

y yo solo vivía adversidades.

 

Está mi vida escrita en dos mitades

cuartetos y tercetos con valor

bien plasmados por un gran escritor

¡mi dueño no soy, sépanlo amistades!

 

A Dios le pertenece mi soneto,

a mi endecasílabo le da vida,

con gusto soy su siervo, a él me someto.

 

Con la de su hijo me compró la vida,

a él hoy le debo mi ser por completo…

nada hay que mi agradecimiento impida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario