miércoles, 23 de septiembre de 2020

La grandeza de nuestro Dios

 


La cantante norteamericana Annette Moreno, grabó en el 2002 su tercer álbum discográfico, titulado "Un ángel llora". El coro, de la novena canción llamada "No le digas", dice así: "No le digas a Dios, qué grande es tu problema que no puedes resolver. Dile a tu problema, que grande es él, que te ayuda a todo comprender" Annette Moreno, en esta canción, muestra la tendencia del humano de ver su problema o situación difícil, como un gigante de medidas desproporcionadas. Sin embargo, la realidad es otra, Jeremías dice al Señor:No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío”. Jeremías 10:6  Cuando el profeta exclama: Grande eres tú, se refiere a su omnipresencia. Dios es omnipresente, es decir, es inmenso, las dimensiones espaciales no pueden limitarlo, en caso de existir un espacio muy grande, este no podría contenerlo. Su Inmensidad, lo hace estar en todo lugar, con toda plenitud de su ser, esto es, con su omnisciencia y omnipotencia.

¿Vemos a Dios siempre como él es? Lamentablemente los problemas causan ceguera espiritual.

La enormidad de Dios es incomparable y afecta positivamente a cada individuo. Por lo tanto, es importante recordar lo que el Señor dejó escrito.

Dios es más grande que la necesidad. Vuestro Padre celestial sabe qué es lo que necesitas. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19.

Dios es más grande que el miedo. La presencia de Jehová, aleja los temores. “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”. Isaías 41:13

Dios es más grande que la muerte. Nuestro futuro y nuestras vidas, están seguros en él.  “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. Juan 11:25-26.

Dios es más grande que la tentación. Él sabe lo que nos acosa día a día y momento a momento. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Hebreos 4:15

Dios es más grande que el rechazo y desamor. Desecha la mentira de que no vales. “…Dios es amor”. 1 Juan 4:8

Dios es más grande que la tormenta. Mientras transitamos en el mar de la vida, nuestro bote se encontrará con algunas tempestades. “Y vinieron a él y le despertaron, diciendo:!Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza”. Lucas 8:24

Dios es más grande que tu dolor, tu pecado, tus enemigos y tu enfermedad. Entonces, se debe tomar la actitud de David, al enfrentar a Goliat. Lo vio más grande que él; pero más pequeño que Dios. Jamás, intentes minimizar  a Jehová de los Ejércitos, ante la pequeñez de tu problema o dificultad. Abrígate con su inmensidad y saldrás vencedor.

Digamos como el profeta Jeremías: "Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante...


jueves, 17 de septiembre de 2020

También los he visto

 


Olvidarse del tiempo, ignorar la muchedumbre, para contemplarse como desconocidos.

Amarse vez tras vez, como quien no sabe contar, sin pleito, cansancio o diferencias.

Entrelazar sentimientos, pensamientos y acciones para danzar en sincronía.

Alocadamente reír de todos, por todo y por nada.

Creerse lo más mínimo y asegurarlo como lo máximo.

Disfrutar lo sencillo, lo simple y hasta lo tonto.

Discutir y pelearse sin razón, para luego reconciliarse, con sobrada razón.

Bañarse de esperanza, fe y optimismo, para contemplarse amalgamados siempre, hasta apagarse la luz de la existencia.

Así como tú, también los he visto.

 

Mi piedra



Sostengo la piedra,

aguardo la ocasión.

unas veces pesa,

otras, carga inútil.


La fuerza con que empuño

me convierte en lo que poseo,

pierdo sensibilidad,

muere mi humanidad.


Mis ojos ven fallas,

errores, pecados.

Mi ser, exige juicio,

ejecución y venganza.


Desconozco perdón,

arrepentimiento y misericordia.

Prisionero, esclavo soy

de mi razón y derechos.


Enmudezco la mente

cuando muestra mi pasado,

mis argumentos me limpian.


Transcurre el tiempo

y aún sostengo mi piedra,

testigo de mi diario tormento.